Encrucijada en Oriente Medio
El problema geoestratégico mundial por antonomasia es el de Oriente Medio, enquistado desde hace más de medio siglo, hoy afronta una de sus mayores encrucijadas en la disyuntiva de elegir entre la propuesta de los halcones y militaristas usamericanos, que, en posesión de su abrumador poderío militar, emprendieran una operación de castigo contra Irán, para restituir la perdida de prestigio del desaguisado de la guerra de Irak, o se decidieran por la solución negociada, que últimamente alcanzaron con Corea del Norte.
Se está en el trance “del paso del rubicón” en el supuesto que se opte por la solución bélica, como solución al problema identitario de la nación árabe, cuya: extensión geográfica, población, fuentes de energía, etc,.. alcanzan magnitudes ingentes difíciles de mantener bajo control aún que se trate de la primera potencia mundial. En la actual coyuntura en la que es más importante convencer que vencer, como se viene demostrando en las últimas aventuras bélicas de Irak y Afganistán, hoy, no se puede engañar a la opinión mundial cada vez más formada e informada. El ejemplo de las inabarcables extensiones ocupadas por la Alemania nazi y el Japón imperial, en la Segunda Guerra Mundial, pueden servir de referente.
La globalización económica de la que se valen los neocons para sacar el mayor partido de las finanzas virtuales mediante las maniobras especulativas, la publicidad de marcas y patentes, los fondos populares, etc, reportan tal caudal de recursos fiduciarios en manos de unos pocos, que consiguen subvertir principios morales de los que gobiernan, admitido que el dinero se tiene como la medida de todas las cosas. La función primordial de los gobiernos debería consistir en: recaudar, administrar, distribuir y priorizar las inversiones procedentes de los impuestos, para dar los servicios públicos requeridos por las comunidades. Las democracias, condicionadas por la moda del neoliberalismo salvaje y el consumismo, forman una piña en defensa de los intereses de clase, con alternancias coyunturales.
Asistimos a cambios acelerados, determinados por los avances tecnológicos que marcan los ritmos a las colectividades humanas subordinadas a los flujos económicos, que establecen las diferencias entre los países generadores del conocimiento y los juegos financieros y los que ejecutan el trabajo material (las producciones). Las deslocalizaciones de los establecimientos productivos desde los países ricos a los pobres obedecen a dicha dinámica. Si bien las nuevas industrias, con ocasión de su traslado se benefician de las tecnologías punteras que aportan: economía de escala, eficiencia energética, robots, automatismos informáticos y electrónicos incorporados a los procesos, eficiencia, etc, consecuencia de lo cual, las fábricas antiguas que quedan en los países de origen dejan de ser competitivas y tienen que cerrar.
La ficción económica representada por las finanzas virtuales, apoyadas por la publicidad de marcas difundidas por los media convencionales y los sistemas de propiedad de los medios de producción globalizada, constituyen rémoras de los últimos coletazos del dominio de unos por otros, que ha caracterizado la historia hasta nuestros días mediante astucias de los más astutos y mejor situados para valerse de las mil artimañas, no podrán seguir prevaleciendo alardeando del despilfarro soez, frente la indigencia de la mayoría, máxime cuando vienen reconociendo la evidencia que si las legiones de pobres se sumaran al consumismo practicado por los ricos, el planeta tierra no tiene los recursos para permitirlo.
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