18 marzo 2007

Tergiversar

Para conjugar el verbo tergiversar con pretensiones de que tenga efectividad no todo el mundo está facultado para ello; solo los llamados poderes fácticos: el poder, el dinero, y la publicidad, pueden llevar a término tan monstruoso cometido de hacer comulgar con ruedas de molino a masas presumiblemente instruidas, por el hecho de haber asistido algunos años al colegio, donde enseñan disciplinas que son desmentidas por los comportamientos al uso.
Presentamos algunos botones de muestra de tergiversaciones que tienen lugar en nuestro país:
La participación en la guerra de Irak, justificada por la existencia de armas de destrucción masiva fue rechazada por la abrumadora mayoría del pueblo español que sin embargo fue ratificada por los diputados del PP.
El atentado del 11 M (el mayor cometido en Europa) el PP lo atribuyó a ETA a sabiendas por todos los indicios que fue obra de islamistas como se está demostrado.
C) El estatuto de Cataluña iba a balcanizar España según las reiteradas afirmaciones del PP. En la práctica los estatutos actualizados se están aplicando en muchas comunidades autónomas.
La iniciativa de las campañas antiterroristas corresponde llevarlas a la práctica por los gobiernos de turno y las oposiciones secundarlas por tratarse de cuestiones de Estado. El PP se opone frontalmente a toda iniciativa gubernamental sobre el tema, con lo que demuestra no tener interés en acabar con el terrorismo, por estrategia electoral.
Otra tergiversación flagrante tiene lugar con el tema candente de la contaminación ambiental, que según constataciones científicas tiene su origen en las emisiones de CO2 resultado de la combustión de los derivados del carbono para la producción de la energía necesaria para producir bienes de consumo. Los hábitos impuestos por la economía capitalista incitan mediante la publicidad apabullante, a consumir productos y servicios al extremo del despilfarro. La consigna mejor aprendida consiste en que el consumo es el motor de la prosperidad. Se llega a glorificar, el comprar y tirar como el mejor antídoto para combatir la desazón que producen los múltiples incentivos introducidos por el entorno competitivo y ostentador.
La globalización mercantilista, es la última tergiversación inventada por los listos de toda la vida, que se han ingeniado las astucias adecuadas a cada coyuntura, para sacar más beneficios de la transacción que de la producción. Actualmente los neocons fabrican los artículos en países pobres donde la mano de obra tiene un costo irrisorio y el precio de las materias primas lo fijan en las lonjas de contratación sujetas a su jurisdicción. Resultado de la manipulación del proceso económico mediante: las finanzas virtuales, las marcas, las patentes, la publicidad, etc,.. utilizadas como tergiversación de las leyes del mercado, consiguen márgenes de beneficios desorbitados restando mérito al trabajo físico y mental, como factores reales de la producción.
Desde Adam Smith, las sucesivas escuelas económicas han considerado la propiedad de los medios de producción, como el factor determinante del proceso económico que debe ser gestionado por patrones de la ciencia infusa del espíritu empresarial insustituible para ejercitar aquello a lo que se le atribuye la prosperidad de los pueblos. La práctica reciente en China, ha desenmascarado la tergiversación que entrañan los anteriores asertos al haber experimentado los mayores crecimientos económicos en toda la historia de la humanidad en ausencia de la propiedad privada de los medios de producción. Estos días se insinúa que podrían concederse títulos de propiedad a los pequeños agricultores, con el fin de que pudieran solicitar créditos avalados por sus exiguas parcelas de terreno. Sería absurdo pensar que se puede mantener la economía agrícola de subsistencia, que estableció Deng Shiaoping, al conceder a cada familia agraria una pequeña parcela de tierra. En el país que ha conseguido los mayores éxitos en todas las restantes actividades económicas, la agricultura moderna requiere disponer de grandes extensiones de terreno para la mecanización y racionalización de los procesos agrarios.
Ciertamente en la antigua Unión Soviética se produjo la tergiversación del burocratismo centralizado que se han demostrado ineficientes en la práctica; las experiencias adquiridas por la humanidad en el devenir histórico demuestran que el progreso se apoya en el aprendizaje de los errores. Las distintas fases del comunismo chino en su recorrido socioeconómico, han pasado de las comunas agrícolas formadas por multitud de participantes al minifundio de economía de la economía de subsistencia, los dos extremos se han demostrado igualmente contraindicados para alcanzar la eficiencia por lo que han sido descartados y sustituidos por otros métodos más racionales aplicados por otras ideologías.
Las anteriores tergiversaciones producidas por distintos procesos económicos, no son baladíes para interpretar la marcha de las sociedades a nivel mundial, dado que el mercantilismo ha tenido una incidencia capital en el acontecer histórico. Hoy con mayor razón que en cualquier tiempo pretérito, el conocimiento adquirido por amplias masas de población en muchos países con tecnologías punta difundidas por todo el éter, tergiversar el agente proveedor del auge de los pueblos no podrá ser tolerado por mucho tiempo.
Tras un somero examen de distintas tergiversaciones sectoriales, queríamos incidir en otros aspectos que calificaríamos de estructurales por su incidencia capital en el acontecer mundial:
La peor lacra existente hoy en el panorama internacional, que incluye el agravante de no tener visos de solución, es la inserción del pueblo de Israel en su emplazamiento, que constituye una sangrante herida para los numerosos pueblos que lo rodean cuyas creencias religiosas son avivadas en sus extremos más integristas que tropiezan con el poder omnímodo del imperio influenciado por el todopoderoso lobby judío de dicho país y el petróleo de la zona.
La tergiversación en la que incurre tal contencioso, reside en que las resoluciones aprobadas por las Naciones Unidas donde se insta a Israel a retirarse a las fronteras originales que le fueron asignadas, entraña una dificultad insuperable por las dos razones aducidas: el poderío militar USA y su interés en conservar la cabeza de puente que supone Israel en Oriente Medio para salvaguardar los intereses petrolíferos.
El denominado imperio, proclama su misión ecuménica de llevar la democracia a los países que carecen de ella haciendo patente la tergiversación monumental de tener sus mayores lazos y compromisos con los países del golfo done rigen regímenes políticos con características medievales, habiendo auspiciado la victoria de los talibanes contra la antigüa URSS, y las dictaduras suramericanas que coparon todos los gobiernos de la región hasta re cientemente.
La humanidad precisa cambios copernicanos que permitan sanar el cáncer de tergiversaciones contrarias al sentido común, que gangrenan los espíritus con actuaciones ominosas.