30 enero 2008

El síndrome Lamela

Alguien, estos últimos días, ha dado el atributo de "Síndrome Lamela" a las acciones emprendidas por el Consejero de Sanidad de la comunidad de Madrid, hace tres años, a partir de una denuncia anónima, refrendada por dicha Conserjería para la actuación fiscal, relativa a 400 sedaciones con resultado de muerte, realizadas en el hospital Severo Ochoa de Leganés, (Madrid). Como resultado de la acción judicial emprendida a tal efecto, fueron imputados varios responsables de los servicios de urgencias de dicho hospital donde según la denuncias, se efectuaban las sedaciones eutanásicas: (con resultado de muerte) al decir de los denunciantes anónimos.
Los servicios paliativos del dolor, son una gran conquista de la ciencia, aplicada por los facultativos de todos los países civilizados, para evitar sufrimiento a los enfermos terminales según los protocolos de aplicación universal que familiares y especialistas sanitarios de mutuo acuerdo, están facultados para mitigar el sufrimiento inútil.
Nos permitimos hacer una disquisición que nos parece oportuna referida al hecho que nos ocupa respecto del término síndrome, que se ha hecho familiar a partir del "síndrome de Estocolmo," que concilia a las víctimas con sus verdugos transcurrido un tiempo en que mecanismos psicológicos, revierten sentimientos desde el odio a la veneración. En el caso que nos ocupa, el verdugo que con sus actuaciones ha causado sufrimientos, (según estimaciones apuntadas) a un colectivo de unos 300.000 personas, (enfermos terminales) privados de cuidados paliativos por el miedo de los facultativos a ser expedientados y peor que esto, vilipendiados y escarnecidos con lindezas difundidas por el altavoz del PP: (Jiménez los Santos), con epítetos como: terminators, homicidas, nazis, mafias, criminales atroces dedicados a mandar al otro barrio a pacientes terminales, etc ..En los media: filmotecas, hemerotecas, fonotecas... hay abundante información de lo anterior, así como testimonios de responsables del PP, exonerando al presunto verdugo de responsabilidad sobre los hechos asignándole los mejores atributos, unidos a la desfachatez y el cinismo exhibidos por el interfecto, al que parece que todo esto le trae sin cuidado, al seguir de vacaciones.
Debería quedar en los anales de la medicina universal un hecho tan paradigmático como el expuesto, que es la antítesis del "Síndrome de Estocolmo". Las víctimas del "Síndrome Lamela" jamás podrán reconciliarse con su verdugo, se fueron al otro barrio en medio de gritos y lamentos de desesperación al no ser atendidos en los establecimientos sanitarios por sus facultativos trás el cruel escarmiento aplicado en el hospital de Leganes por la imposición de acciones inspiradas en integrismos y/o prejuicios que incitan a que si este mundo es un valle de lágrimas en él hay que sufrir para alcanzar más altas metas en el más alla.
Las verdaderas razones por las que un hospital público modélico como el de Leganés ubicado en lo que se llamó el cinturón rojo de Madrid, debía ser desacreditado por la derecha más extrema por razones ideológicas y económicas. Los que vivimos la guerra civil y la dictadura en propia carne, sabemos de lo que la parte reactiva de las dos Españas es capaz de concebir para combatir al oponente como: se ha visto al dar su apoyo a la guerra de Irak, tras las multitudinarias manifestaciones y las encuestas que daban un 90% contra dicha guerra; con las mentiras vertidas, que ni ellos se podían creer sobre la autoría del atentado del 11M; sobre las acusaciones vertidas del tratamiento del problema de ETA hecho por el PSOE, en esta legislatura en la que ha habido 4 víctimas mortales, contra las 240 que hubieron cuando ellos gobernaban. No ha existido una sola confluencia ni el menor reconocimiento de que lo que ha hecho el gobierno esté bien. Este proceder es antitético al de los signos de modernidad que se practican en Europa, donde los grandes partidos unen sus fuerzas para el bien de sus países. La estrategia del PP, inspirada por la extrema derecha, es anacrónica y si llegaran a gobernar, España quedaría desfasada de los países punteros que excluyen la confrontación como pauta de futuro.
El Hospital Severo Ochoa, ha servido como coartada, para que la presidenta de la Comunidad de Madrid, pudiera aplicar su obstinada ideología neocon privatizadora para combatir por todos los medios la Sanidad Pública Española que constituye el mayor timbre de gloria de nuestro país al decir de muchos, tenida por una de las mejores del mundo, que ha permitido ha testigos presenciales, como es mi caso, pasar de una expectativa de vida de 40 á 80 años, en España.
El plan de Esperanza Aguirre, para la Comunidad de Madrid, consistente en la construcción de 8 nuevos hospitales, por la modalidad de construcción y posterior gestión de los mismos mediante un contrato para 30 años renovable, con empresas privadas, con personal funcionario todo ello financiado por la Comunidad.
Desconocemos los protocolos y la letra pequeña que rigen dichos contratos, pero es evidente que las empresas atarán todos los machos para asegurarse beneficios durante tan largo plazo. Creemos que lo tendrá mayor incidencia serán los estilos de gestión aplicados en las prestaciones a los beneficiarios. La empresa tienen como objetivo obtener beneficios, el trato humanitario al enfermo aspira a metas sutiles aplicadas por funcionarios prestatarios de servicios.
El estilo neocon está en declive últimamente, especialmente en el plano económico que ha sido su principal cometido, se avecina una depresión generalizad en Occidente al tiempo que países emergentes tienen tasas de crecimiento del PIB de dos dígitos anuales lo que denota que las fórmulas rocambolescas a las que han desembocado los trapicheos financieros y la obsesión por el despilfarro, en el llamado primer mundo, se comportan como depredadoras del planeta lo que no podrá ser aceptado por mucho
tiempo, especialmente en España, por todo lo que nos precede.