23 diciembre 2007

Europa: un intento fallido

Europa, tomada como referencia por su influencia en acontecimientos cruciales de la historia reciente, que se mide con hechos como los que al término de la Primera Guerra Mundial, quizás por el influjo wilsoniano del trato aplicado por los EE. UU. a los nativos americanos en la conquista del Oeste, tuvieron efecto en las cláusulas del Tratado de Versalles relativas a las abusivas reparaciones exigidas a Alemania que tuvieron incidencia con el advenimiento del nazismo.

Otra actuación, esta vez plausible, aplicada inicialmente por los países nórdicos que pronto trascendió al resto del continente europeo, fue el establecimiento del “Estado del Bienestar,” modelo que introdujo aspectos básicos de la aplicación de la justicia social, seguidos por gran parte de los países más vertebrados del mundo.

El Tratado de Roma, devenido en la actual Unión Europea, y la forma civilizada en que los imperios europeos se desprendieron de sus colonias, fueron dos hitos que mostraron como Europa se postulaba como un factor crucial en el devenir de la modernidad.

El conglomerado de países que forman la Unión Europea, en atención a su número y las expectativas de que los que aún restan por incorporarse - que físicamente forman parte del continente - lo hagan, e incluso otros periféricos que quieran formar parte de la Unión y sean admitidos, podían servir de modelo para otras asociaciones de países interesados en poner en común sus fuerzas para multiplicar las sinergias y eficiencia, por el hecho incontrovertible que la unión hace la fuerza, que serían las fases previas para llegar a la meta suprema de la unión universal.

Este viejo continente, que habíamos tenido como la fuente de la que manaban desde tiempos remotos: el conocimiento, los frutos de la mente, los valores del espíritu, los hallazgos científicos, artísticos, etc, que caracterizan el progreso físico y moral de los pueblos, hoy se nos muestra carente de los atributos idóneos para servir de faro guía para otros pueblos que aspiren alcanzar metas de excelencia futura.

En el entorno europeo, así como en el resto del mundo occidental, han sido transgredidos, principios básicos de comportamientos éticos, tales como:
1º) El deterioro del planeta que nos sustenta, permitiendo el despilfarro de sus recursos, mediante la incitación al consumismo por una publicidad procaz.
2º) La renuncia a asumir por la sociedad universal la gestión demográfica constituye la mayor desidia por el incumplimiento de un deber capital de supervivencia.
3º) La elección del despilfarro versus austeridad aplicada por el mercantilismo, choca con los valores supremos de la mente humana que prioriza los valores anímicos a los materiales, en el panorama futuro de superabundancia de bienes físicos.
4º) Mantener e incrementar las abismales diferencias económicas, supone asumir la visión retrógrada de un pasado periclitado, los actuales valores prevalentes son la meritocracia como atributo contrastado del aporte a la sociedad por cada persona.
5º) En la exposición de los deseos de los jefes de Estado y de Gobierno año 2000, con ocasión del cambio de milenio, en la solemne reunión en las Naciones Unidas, deja patente la hipocresía de comportamientos de estos primeros años de los principios proclamados: I Valores y principios; II Paz , seguridad y desarme; III Desarrollo y erradicación de la pobreza; IV Protección del medio ambiente común; V Derechos humanos, democracia y buena gobernación; VI Proteger a los más vulnerables; VII Satisfacer las necesidades especiales de África; VIII Reforzar la ONU.

Atendiendo al punto VII anterior (satisfacer las necesidades especiales de África) estos días tiene lugar la segunda reunión en Lisboa sobre el cumplimiento de los deseos del milenio. Participan en esta cumbre 53 jefes de Estado africanos y 26 europeos y la idea era la de cambiar las relaciones a mantener con los países del continente africano en aspectos cruciales, pero Europa se ha visto desbordada por la arrolladora presencia de China, que ha cogido a Europa con el paso cambiado y se ha anticipado.
África, atesora inconmensurables recursos de todo tipo que tinen gran valor estratégico apetecido por países emergentes exentos de los prejuicios que lastran a muchos europeos nostálgicos del expolio colonial. Relaciones de provecho recíproco deberán sustituir a las migajas de caridad que se han venido prodigando por medio de las ONG etc,.. carentes de la virtualidad propia de los tratados comerciales entre iguales. Siguen existiendo prejuicios derivados de un pasado superado.