Sublime premonición

Me permito dar tan alto calificativo a una premonición que puede tener su desenlace en el plazo de una semana, cuando se conozca el resultado de los llamados caucus o elecciones primarias de Texas y Ohio, definitivas para la nominación del candidato demócrata a la presidencia de EE.UU. según lo publicado.

Supuesto que dicho resultado otorgara la victoria a Obama, un candidato negro, para conducir los destinos de la primera potencia mundial, podría imprimir un viraje copernicano al devenir de hechos que afecten de manera crucial a los habitantes del planeta, por las implicaciones directas que las actuaciones de los EE.UU. tienen en la marcha de los acontecimientos mundiales.

En primer lugar, supondría cumplir la desiderata reiteradamente proclamada, de que en el gran país americano, se pueden alcanzar los más altas cargos en todos los aspectos de la vida, con independencia de los antecedentes personaes. La condición de negro hubiera supuesto para Obama, un handicap insuperable en épocas anteriores a esta modernidad avasalladora que parece barrer prejuicios arraigados por el ímpetu de la juventud que le apoya, exigiendo cambios drásticos al descrédito mundial contraído en las dos últimas legislaturas regidas por los neocons, megalómanos, que aspiraban al dominio universal, granjeádose la animadversión de la gente de bien, seguramente mayoritaria en un país merecedor, de las mayores loas por los méritos acumulados en sus dos siglos de historia en que han alcanzado títulos de excelencia en todos los campos del progreso.

Es difícil atisbar a priori, los méritos que haya podido acumular el joven Obama en su corta biografía política y personal, por desconocer los rasgo característico del personaje. Únicamente, creemos, que los ideales de juventud suelen dejar un poso indeleble en la configuración neuronal de las personas. La dedicación durante su juventud a los desvalidos de un barrio pobre de Chicago, viviendo en un modesto apartamento, al tiempo que conseguía brillantes calificaciones en sus estudios, es meritorio.

Se podría aventurar que nuestro héroe, si consigue la nominación como candidato demócrata, le haría acreedor de la condición de personaje providencial, en el supuesto que la subversión no malogre en los últimos trámites de la elección, la promesa de un futuro halagüeño para el devenir de su país, cuyo crédito está muy maltrecho.

Auguramos que la figura de Obama dirigiendo los destinos de la primera potencia mundial, tras ser aupado a la más alta magistratura por el elemento juvenil, formado y concienciado con los imperativos de la modernidad, que conceden la primacía a la razón de estado consistente en la aceptación de los postulados de: paz, bienestar, solidaridad con todos los pueblos, cuidado de la ecología, aplicación de los derechos humanos y muy especialmente los acuerdos y normativas de obligado cumplimiento que se han dado los doscientos países que forman parte de Naciones Unidas.
Como revulsivo a tanto dislate producido por los EE.UU. en tiempos recientes, en su desafortunada gestión de los asuntos mundiales, donde tiene una crucial incidencia en razón de su peso específico como primera potencia mundial. Un cambio de dirigencia política en EE.UU. acorde con la modernidad podría imprimir un viraje espectacular al acontecer mundial en aspectos tales como:
A) Respeto a las resoluciones mayoritarias de la ONU.
B) Poner los medios para la resolución del problema palestino-israelí.
C) Contribuir a evitar la proliferación nuclear, con ejemplo de respetar lo pactado.
D) Acatar la Convención de Ginebra, evitando: Abu Graif, Guantánamo, etc,..
E) Firmar sin reparos el tratado de Kioto para la conservación del planeta.
F) Renunciar a imponer por la fuerza democracias, en los ejes del mal.
G) Terminar con la pesadilla de Irak
H) Resolver la sanidad de su país donde se excluyen a los pobres.
I) Dejar que Latinoamérica resuelvan sus problemas sin interferencias.
J) Levantar el embargo de Cuba.
K) Que la OMC no interfiera en precios de materias primas y productos agrícolas.
L) Que renuncie a la industria armamentística, como factor de dominio.
M) Que mueva sus influencias con Israel para evitar el expolio territorial palestino
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