Avances de la derecha en Europa
Conspicuos defensores de posiciones de izquierda en España, como han demostrado en sus manifestaciones públicas, pensadores como Gil Calvo y Vidal Beneyto entre otros, muestran últimamente la evidencia que los países más representativos de Europa: Alemania, Francia, Italia,.. tienen gobiernos de derechas e incluso caben sospechas de hacia donde se decantará el R.U. cuando tengan lugar los próximos comicios. Por lo que respecta a España aseguran que a pesar de la victoria socialista, la izquierda ha perdido escaños con respecto a las anteriores elecciones, al ganarlos ha expensas de IU y ERC. Siendo ecuánimes, los juicios objetivos avalan lo expuesto por las personalidades de izquierda citadas más arriba, añadiendo, que lo que podría tener mayor incidencia a nivel mundial sería, si McCain ganara a Obama en los comicios U.S.A. de noviembre 2008.
Parece que no debería sorprendernos tanto que las derechas, que han hecho suyas las consignas difundidas por la publicidad omnipresente, que satura todos los resquicios del éter planetario para promocionar el consumo despilfarrador, que ha calado en lo más profundo de las convicciones de la masa, hoy, mayoritariamente de la llamada “clase media” que hace abstracción de los sentimientos de fraternidad y solidaridad con los abandonados del sistema, a excepción de algunos utópicos como Zapatero (en sus declaraciones) y muchos miembros que colaboran altruistamente en las ONGs y por supuesto, los orillados del sistema que sufren los efectos depredadores de la condición deshumanizada de las sociedades colonizadoras europeas.
Con todo, lo que de inmoral puede atribuirse a la ideología derechista por sus ribetes egoístas, a imitación de los notables que destacaban socialmente exhibiendo sus atributos, que fueron envidiados durante generaciones, de las que aún quedan supervivientes seducidos por el brillo del dinero, es natural que las inercias en los comportamientos como en la física, sean inmutables, dejando la estela deslumbrante de la admiración, entre los que pueden gozar actualmente de privilegios consumistas similares a como presumían sus admirados predecesores.
Las sociedades post-industriales del siglo XXI, parten de paradigmas que poco tienen que ver con lo preconizado por Marx para la Europa del siglo XIX, donde la industria de la época adolecía de deficiencias estructurales que ha ido subsanando la tecno-ciencia durante un siglo y medio, período en el que han tenido lugar el 95% de los inventos existentes. La industria emergente con la primera revolución industrial, tuvo el efecto, que en su momento tendría la agricultura para la fijación de las poblaciones respecto del nomadismo. Apuntamos el anterior ejemplo, para mostrar lo que requirió milenios para su consumación: pasar del nomadismo a la agricultura, en comparación a los tres siglos transcurridos desde que Papin descubrió la fuerza del vapor que fue el inicio de la revolución industrial.
Toda referencia a épocas tan remotas, como las luchas de clase entre obreros y patronos que tuvo su exposición en el Manifiesto Comunista, es antediluviano, hoy creemos que deben ser analizados y puestos a debate público los problemas latentes que afectan al conjunto de la humanidad sin parar mientes en el ombligo que fue Europa en su época de esplendor, al que sucedieron los U.S.A. a partir de 1945 en que la vieja Europa, extenuada por las guerras, necesito de la ayuda del Plan Marshal para salir de su postración expuesta a caer bajo las garras del marchismo.
Los paradigmas que presenta la actualidad, provocados por el fenómeno de la globalización económica y la salvación de las condiciones de habitabilidad del planeta que nos sustenta, presentan problemas estructurales que deben ser acometidos con urgencia y determinación sin atender los cantos de sirena de intereses particulares como los planteados en los términos localistas que emanan de países como del puzzle que representa la Unión Europea que se comporta como una olla de grillos, cuando se trata de aunar voluntades en los temas de interés superior como en su constitución o con el tratado de Lisboa en curso de ratificación.
Al tiempo que Europa ha sido subsidiaria de las decisiones estructurales de alcance mundial, del llamado imperio de nuestro tiempo: los U.S.A., tendencia rota a raíz de la guerra de Irak, donde tuvo especial incidencia la decisión de Zapatero de retirar sus tropas, lo que está provocando la natural aversión de las fuerzas de la reacción y los integrismos, a las que se alían en sus críticas notables altavoces de la izquierda con la miopía propia de considerar a una Europa a remolque de la cultura “neocon” cuyas estrategias iban encaminadas a relegar a las Naciones Unidas de sus compromisos institucionales, basadas en una superioridad militar sin parangón en la historia, que les diera patente de corso para disponer los asuntos mundiales a su albedrío, objetivo que hoy, a nadie se le puede pasar por la cabeza.
El mundo actual despierta con otras motivaciones más honestas, humanas, asumibles, por el común, impulsadas por un grupo de países denominados BRICS, ( por las iniciales de los países que las forman) que engloban más de la mitad de la población del planeta y su producción de items, supera con mucho lo que aportan el resto de países en su conjunto. La diferencia crucial de comportamientos entre los países occidentales y los llamados emergentes, estriba en que los primeros practican el despilfarro más soez incompatible con el sostenimiento del planeta tierra con los habitantes con los que cuenta; mientras que los emergentes como su nombre indica acaban de incorporarse a la vida moderna con el imperativo de la observancia de una estricta austeridad para la mayoría de sus habitantes que los mantiene libres de darles a las apetencias físicas aberraciones inauditas, mientras que a los espíritus les mantienen necesitados de ética, moral, fraternidad y solidaridad con los necesitados.
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