El estallido de la burbuja financiera
Hace varios años, que aparecía como un hecho anómalo, que las viviendas que se construían en España, superaba a las edificadas en Francia, Reino Unido y Alemania juntas, en el mismo período de tiempo. Como se podía esperar, ha tenido que estallar la burbuja inmobiliaria como consecuencia de la adquisición por los especuladores que podía acudir a créditos preferenciales a la vista de la diferencia entre el interés de los créditos y la subida anual experimentad en el precio los pisos en España, cifrada en diez puntos de media..lo que era un chollo.
El goteo que aparece con las primeras quiebras de los especuladores inmobiliarios poco consolidados, podría tener una notable incidencia en el paro, por el efecto multiplicador de las actividades que genera la construcción de viviendas. Grandes urbanizaciones como la famosa del pocero en Seseña y otras de la Costa del Sol etc, tienen dificultades para la venta. Serán necesarias acciones de mucha enjundia para evitar que cunda el pánico y se produzca un crac inmobiliario.
Paralelamente con el escándalo inmobiliario que podría tener lugar en España, si estalla la burbuja generada por el exceso de pisos construidos, consecuencia de la especulación urbanística y su corrupción subsidiaria estimulada por el PP al permitir en sus listas representantes parlamentarios implicados en delitos urbanísticos. El PP defiende la doctrina “neocom” que ha conseguido, que en dos décadas el diferencial entre los que más ganan y la percepción media de los asalariados pase de 40 veces a 260. Lo lamentable que acontece en nuestro país, es que el PP mediante su adhesión a los postulados de la extrema derecha, que defienden: desde la guerra de Irak, a la privatización de lo que queda del Estado del Bienestar, la rebaja de los impuestos de las empresas que más ganan, oponiéndose a todas los leyes sociales propuestas por el PSOE etc,.. obtengan diez millones de votos, gran parte de los cuales proceden de gente humilde que tiran piedras a su propio tejado.
El llamado de las voces de la cultura, hecho por 40 catedráticos de Universidades de Occidente, inserta en PÚBLICO del 27-3-2008 es una denuncia de las 8 sucesivas crisis financieras habidas en las dos últimas décadas de las que salen beneficiados los manipuladores de las mismas, al tiempo que destruyen a las sociedades afectadas por inconsistencia moral de las prácticas capitalistas, sus efectos ecológicos, insolidarios con el tercer mundo, incitando al consumo desbocado por medio de una publicidad que invade los ámbitos de intimidad de los sentidos, que conduce al despilfarro. El escrito de los catedráticos termina: “ Si por libertad debe entenderse la que tienen los poderes dominantes, hoy personificados por la finanza, para someter al resto de la sociedad, digamos inmediatamente que no la queremos. Preferimos la otra: la de los pueblos que quieren vivir sin servidumbre a la rentabilidad financiera.”
Comentaristas que se denominan de izquierdas, aseveran que el capitalismo es el único sistema establecido en el mundo actual. Que el bipartidismo político vigente en la mayoría de países es lo que permite la práctica democrática de la alternancia de gobiernos, fuera de lo cual no existen horizontes de cambios posibles a lo establecido. Los partidos comunistas que sucedieron al descalabro soviético dicen que se han incorporado al capitalismo reinante con la única diferencia entre la China actual y la antigua Unión Soviética que consiste en que los chinos son más eficientes explotando a los trabajadores que lo fueron los soviéticos.
Para los defensores a ultranza del capitalismo de toda la vida, puede que no alcancen a compartir dichas apreciaciones a la vista que les ha salido un competidor a las tesis del Fin de la Historia de Fukuyama que consisten, en que únicamente la democracia y el liberalismo económico salvaje son la garantía para dar prosperidad y el bienestar los pueblos. La ironía de un periodista que puso al lado de un titular de un periódico que anunciaba la eventual entrada en depresión de EE.UU. en letra menuda añadía junto a dicho titular que China crecía al 11,4 % anual. No parece que este chiste les vaya a sentar muy bien a los discípulos de Adam Smith, ni a los pretendidos héroes izquierdistas, que consideran irreversible el capitalismo inhumano que denuncian los 40 catedráticos de los países occidentales, aseverando que no van a consentir ser explotados por el juego de las finanzas que lo amparan.
El haber librado de la miseria a centenares de millones de sus habitantes en el corto lapso de tres décadas en China, es de por sí, un record que no tiene precedentes, máxime por haber sido realizado por un régimen que se vanagloria de denominarse comunista. Si redimir del mayor azote que se ha eternizado en todo el transcurso de la historia de la humanidad, como es la esclavitud de la pobreza inducida por el egoísmo de los poderosos para sacar provecho del sudor de los explotados, no constituye uno de los mayores servicios a la humanidad, desearíamos que tales conspicuos del izquierdismo moderno, nos explicaran como conseguirlo con el capitalismo.
El currículo del gran país oriental, podría servir de ejemplo para que los países del tercer mundo, pudieran salir de la servidumbre de la pobreza extrema en tiempo record, imitando los métodos aplicados por los chinos. Se que me dirán que ha sido a costa de grandes sacrificios. ¿ Es que no son sacrificios lo que sufren los pobres africanos, obligados como están, a someterse al colonialismo de turno sin esperanza de solución.?
Para quemar las etapas que llevan a la prosperidad de los pueblos, parece evidente que China, un país que en el lapso de cuatro décadas con crecimientos continuados del PIB de dos dígitos anuales, sin que se haya producido ninguna crisis económica, al tiempo que en Occidente, donde impera el sistema económico por antonomasia (según los dilectos profetas de la izquierda), han tenido lugar ocho crisis o cracs financieros cuyos paganos no hace falta decir quienes han sido. La evidencia de los hechos es difícil rebatir, y, si se llegara al libre comercio sin los subterfugios que aplican los que hacen trampas, los bajos precios de los productos fabricados donde rige la austeridad de costumbres, no pueden tener competencia por los precios resultantes de donde se practica el despilfarro.
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