Austeridad y despilfarro
Acabamos de leer un largo artículo en el que se pasa revista a comportamientos practicados por el capitalismo vigente, que se pueden calificar de: primitivos, irracionales y bárbaros, a través de ejemplos paradigmáticos que han tenido amplia difusión, llegando al conocimiento general.
Con la finalidad de aportar ideas que apuntan a la superación de tanta irracionalidad con la que ha impregnado el capitalismo a los comportamientos humanos, damos a continuación tres de las prioridades de capital incidencia para el futuro de la humanidad:
1º) Asegurar la continuidad y mejora (si es posible) de las condiciones ecológicas del planeta.
2º) Racionalizar el crecimiento demográfico en los países del tercer mundo.
3º) Difundir y potenciar la educación hasta el último rincón del planeta, de forma que la globalización adquiera sentido ecuménico, con el mejor atributo humano: el conocimiento.
De entre las múltiples ramificaciones, que se derivan de los comportamientos humanos, llama la atención la incompatibilidad existente entre la austeridad y el despilfarro de la abundancia de medios que la tecno-ciencia ha puesto al servicio de los humanos. El capitalismo, que ha sido el
inventor de la globalización en beneficio de dicho sistema, encontrando la vía más sofisticada de explotar un nuevo colonialismo por la vía económica, ha alcanzado plusvalías con los bajos sueldos vigentes en los países pobres, donde instalaron primero sus maquilas, y después con la deslocalización de las industrias que requieren más mano de obra, provocando el riesgo de mayor desempleo en sus propios países, persiguiendo su máxima prioridad que es el beneficio inmediato, sin parar mientes en la planificación que es la meta perseguida por la investigación científica, que es la que aporta mayores beneficios duraderos y consolidados a la sociedad.
El capitalismo, en su afán de conseguir resultados a corto plazo, ha inventado la publicidad que mueve cifras astronómicas de dinero; se habla de 400.000 millones de € al año, dedicados a fomentar el despilfarro que es el mayor depredador ecológico, incidiendo en la potenciación de lo material, el reino del dinero, prescindiendo de los valores morales y éticos de las personas que las distingue de los irracionales que se rigen por la ley de la selva, del que toma ejemplo el capitalismo con la exaltación de la competitividad donde prevalece. el más fuerte. Pero con la globalización, que ha sido la última tabla de salvación del capitalismo se han encontrado con la competencia de países emergentes que aplican la austeridad como norma de comportamiento colectivo, generando ahorro para nutrir de fondos sus bancos nacionales con los que enjuagan los déficits astronómicos a que lleva el despilfarro de los países adictos a gastar bienes antes de haberlos ganado con el recurso al crédito.
Las sociedades occidentales que de la mano de los neocons, en los últimos tiempos han conducido a la humanidad a excesos deshumanizados como consecuencia de haber instituido al dinero como el dios de nuestro tiempo, mediante el aforismo: de que todo tiene un precio.
De resultas de comportamientos aberrantes como los antes descritos, los humanos merecen cambios de paradigmas que permitirán a las futuras generaciones por vía del raciocinio que infundirá la culturización de las masas, facilitadas por el arsenal de medios de difusión y captación de conocimientos por la vía de la racionalización a que conducirán los debates democráticos con participación mayoritaria para dilucidar los contenciosos a medida en que estos aparezcan alcanzando: sintonías, acuerdos, empatías, que converjan en consensos.
Se hace difícil tratar de esbozar, procedimientos, metodologías, e instrumentos, de los que echar mano para alcanzar la desiderata de un buen gobierno, sin tener que supeditarse a las vigentes, delegando en la máxima jerarquía del conocimiento la función de ordenar las actuaciones de los humanos, cuando éstas afectan a colectivos que tienen a su cargo las funciones que actualmente desempeñan: políticos, empresarios, jueces, financieros, docentes, y la infinidad de funciones en que se configura la vida moderna segmentada en especialidades para una mejor gestión de los temas a resolver. Quedarán exentos del control de los organismos antes esbozado, los autónomos que ejerzan profesiones de las que tienen que responder personalmente, en ejercicio de su libertad responsabilizada.
Someramente intentaremos esbozar, con que mimbres se podría contar para configurar los órganos a los que delegar las funciones más conspicuas de las sociedades de futuro:
1º) Las escuelas y demás centros de formación cultural y profesional de las generaciones futuras será la piedra angular sobre la que se asentarán las carreras para desarrollar los múltiples cometidos que les asignará la sociedad.
2º) Los pedagogos del futuro, como conformadores del órgano supremo constitutivo de las personas: la inteligencia, deberán ser situados en el más alto escalón de la jerarquía humana.
3º) La informática, el instrumento destinado a futuro a facilitar la valoración objetiva-aritmética determinada por los pedagogos de todas las especialidades, cuya puntuación quedará fijada en los discos duros de los ordenadores personales de los alumnos en cada etapa del aprendizaje.
4º) La iniciación de la vida profesional de las personas vendrá determinada: por el currículo y la libertad de elección del candidato, si bien su mejor carta confidencial será el currículo para optimizar las prestaciones que espera de cada uno la sociedad.
5º) Las funciones desarrolladas por las personas en sus trabajos, vendrán condicionadas por la meritocracia valorada por la participación democrática de los componentes de los equipos, que mediante protocolos, determinarán por votación a sus jerarquías y grados.
6º) Para dirigir las distintas actividades correspondientes a: staffs de empresas, comisiones de gobierno, mesas de dirección y en general los estados mayores que dirigen la estrategia, la programación, las actuaciones de los altos organismos de toma de decisiones, serán forums de deliberaciones democráticas en las que participarán a través de Internet los interesados, con voz y voto, mediante los protocolos ad hoc para adoptar las decisiones importantes.
7º) Los altos organismos de gobierno estarán formados por think tanks, con participación de las más altas personalidades de las sociedades en cada escalón, formando equipos unidos en red entre ellos, mediante el poderoso instrumento informático con sus multiprestaciones, para hacer efectiva la participación democrática de los interesados en cada decisión.
Parecerá utópico pensar en cambios copernicanos como los propuestos, porque nunca hemos reparado en observar las transformaciones a las que nos hemos adaptado en el último siglo, de entre las cuales no existe ninguna con el potencial de mixtificación y alcance universal para transformar usos y costumbres obsoletas por no haber dispuesto de un útil tan polifacético como la informática capaz de minimizar las burocracias entre otros obstáculos de gobierno que se han dado los pueblos, que distorsionaban las mentes al punto de producir psicopatías a los sujetos pacientes: (los pueblos) de con las múltiples trampas que llevaban implícitas.
Insensiblemente nos hemos adaptado con toda naturalidad, en el transcurso de un solo siglo, a sustituir: la carreta de bueyes por el coche, la azada por el tractor, la leña por el gas, las labores domésticas de la mujer por los electrodomésticos, el pasar frío por la calefacción y calor por el acondicionador, y un largo etc incapaz de abarcar de beneficios materiales que nos a traído la modernidad. Por otro lado queda el déficit apabullante de logros que quedan sin resolver: los que afectan a la paz de los espíritus humanos, que conduce al bienestar anímico de las personas, que una vez satisfechas con creces las apetencias físicas, hasta el momento, no hemos llegado a colmar el mayor de los deseos humanos que es la felicidad, como desiderata imposible de alcanzar como el elixir de fierabrás que todo lo cura, si no como meta personal a la medida de cada uno.
Con la finalidad de aportar ideas que apuntan a la superación de tanta irracionalidad con la que ha impregnado el capitalismo a los comportamientos humanos, damos a continuación tres de las prioridades de capital incidencia para el futuro de la humanidad:
1º) Asegurar la continuidad y mejora (si es posible) de las condiciones ecológicas del planeta.
2º) Racionalizar el crecimiento demográfico en los países del tercer mundo.
3º) Difundir y potenciar la educación hasta el último rincón del planeta, de forma que la globalización adquiera sentido ecuménico, con el mejor atributo humano: el conocimiento.
De entre las múltiples ramificaciones, que se derivan de los comportamientos humanos, llama la atención la incompatibilidad existente entre la austeridad y el despilfarro de la abundancia de medios que la tecno-ciencia ha puesto al servicio de los humanos. El capitalismo, que ha sido el
inventor de la globalización en beneficio de dicho sistema, encontrando la vía más sofisticada de explotar un nuevo colonialismo por la vía económica, ha alcanzado plusvalías con los bajos sueldos vigentes en los países pobres, donde instalaron primero sus maquilas, y después con la deslocalización de las industrias que requieren más mano de obra, provocando el riesgo de mayor desempleo en sus propios países, persiguiendo su máxima prioridad que es el beneficio inmediato, sin parar mientes en la planificación que es la meta perseguida por la investigación científica, que es la que aporta mayores beneficios duraderos y consolidados a la sociedad.
El capitalismo, en su afán de conseguir resultados a corto plazo, ha inventado la publicidad que mueve cifras astronómicas de dinero; se habla de 400.000 millones de € al año, dedicados a fomentar el despilfarro que es el mayor depredador ecológico, incidiendo en la potenciación de lo material, el reino del dinero, prescindiendo de los valores morales y éticos de las personas que las distingue de los irracionales que se rigen por la ley de la selva, del que toma ejemplo el capitalismo con la exaltación de la competitividad donde prevalece. el más fuerte. Pero con la globalización, que ha sido la última tabla de salvación del capitalismo se han encontrado con la competencia de países emergentes que aplican la austeridad como norma de comportamiento colectivo, generando ahorro para nutrir de fondos sus bancos nacionales con los que enjuagan los déficits astronómicos a que lleva el despilfarro de los países adictos a gastar bienes antes de haberlos ganado con el recurso al crédito.
Las sociedades occidentales que de la mano de los neocons, en los últimos tiempos han conducido a la humanidad a excesos deshumanizados como consecuencia de haber instituido al dinero como el dios de nuestro tiempo, mediante el aforismo: de que todo tiene un precio.
De resultas de comportamientos aberrantes como los antes descritos, los humanos merecen cambios de paradigmas que permitirán a las futuras generaciones por vía del raciocinio que infundirá la culturización de las masas, facilitadas por el arsenal de medios de difusión y captación de conocimientos por la vía de la racionalización a que conducirán los debates democráticos con participación mayoritaria para dilucidar los contenciosos a medida en que estos aparezcan alcanzando: sintonías, acuerdos, empatías, que converjan en consensos.
Se hace difícil tratar de esbozar, procedimientos, metodologías, e instrumentos, de los que echar mano para alcanzar la desiderata de un buen gobierno, sin tener que supeditarse a las vigentes, delegando en la máxima jerarquía del conocimiento la función de ordenar las actuaciones de los humanos, cuando éstas afectan a colectivos que tienen a su cargo las funciones que actualmente desempeñan: políticos, empresarios, jueces, financieros, docentes, y la infinidad de funciones en que se configura la vida moderna segmentada en especialidades para una mejor gestión de los temas a resolver. Quedarán exentos del control de los organismos antes esbozado, los autónomos que ejerzan profesiones de las que tienen que responder personalmente, en ejercicio de su libertad responsabilizada.
Someramente intentaremos esbozar, con que mimbres se podría contar para configurar los órganos a los que delegar las funciones más conspicuas de las sociedades de futuro:
1º) Las escuelas y demás centros de formación cultural y profesional de las generaciones futuras será la piedra angular sobre la que se asentarán las carreras para desarrollar los múltiples cometidos que les asignará la sociedad.
2º) Los pedagogos del futuro, como conformadores del órgano supremo constitutivo de las personas: la inteligencia, deberán ser situados en el más alto escalón de la jerarquía humana.
3º) La informática, el instrumento destinado a futuro a facilitar la valoración objetiva-aritmética determinada por los pedagogos de todas las especialidades, cuya puntuación quedará fijada en los discos duros de los ordenadores personales de los alumnos en cada etapa del aprendizaje.
4º) La iniciación de la vida profesional de las personas vendrá determinada: por el currículo y la libertad de elección del candidato, si bien su mejor carta confidencial será el currículo para optimizar las prestaciones que espera de cada uno la sociedad.
5º) Las funciones desarrolladas por las personas en sus trabajos, vendrán condicionadas por la meritocracia valorada por la participación democrática de los componentes de los equipos, que mediante protocolos, determinarán por votación a sus jerarquías y grados.
6º) Para dirigir las distintas actividades correspondientes a: staffs de empresas, comisiones de gobierno, mesas de dirección y en general los estados mayores que dirigen la estrategia, la programación, las actuaciones de los altos organismos de toma de decisiones, serán forums de deliberaciones democráticas en las que participarán a través de Internet los interesados, con voz y voto, mediante los protocolos ad hoc para adoptar las decisiones importantes.
7º) Los altos organismos de gobierno estarán formados por think tanks, con participación de las más altas personalidades de las sociedades en cada escalón, formando equipos unidos en red entre ellos, mediante el poderoso instrumento informático con sus multiprestaciones, para hacer efectiva la participación democrática de los interesados en cada decisión.
Parecerá utópico pensar en cambios copernicanos como los propuestos, porque nunca hemos reparado en observar las transformaciones a las que nos hemos adaptado en el último siglo, de entre las cuales no existe ninguna con el potencial de mixtificación y alcance universal para transformar usos y costumbres obsoletas por no haber dispuesto de un útil tan polifacético como la informática capaz de minimizar las burocracias entre otros obstáculos de gobierno que se han dado los pueblos, que distorsionaban las mentes al punto de producir psicopatías a los sujetos pacientes: (los pueblos) de con las múltiples trampas que llevaban implícitas.
Insensiblemente nos hemos adaptado con toda naturalidad, en el transcurso de un solo siglo, a sustituir: la carreta de bueyes por el coche, la azada por el tractor, la leña por el gas, las labores domésticas de la mujer por los electrodomésticos, el pasar frío por la calefacción y calor por el acondicionador, y un largo etc incapaz de abarcar de beneficios materiales que nos a traído la modernidad. Por otro lado queda el déficit apabullante de logros que quedan sin resolver: los que afectan a la paz de los espíritus humanos, que conduce al bienestar anímico de las personas, que una vez satisfechas con creces las apetencias físicas, hasta el momento, no hemos llegado a colmar el mayor de los deseos humanos que es la felicidad, como desiderata imposible de alcanzar como el elixir de fierabrás que todo lo cura, si no como meta personal a la medida de cada uno.
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