02 enero 2011

España deprimida

Los mensajes que en estas postrimerías del 2010, emitidos por la totalidad de los media y por los partidos políticos son atronadoramente deprimentes, por razones objetivas que no aportan el menor atisbo de optimismo para el futuro inmediato, ni mediante la formulación de estrategias de futuro que harían más llevadera la situación por la atravesamos, atribuible a la absurda jerarquía que se da al dinero virtual sobre la Constitución Española.

En España sentimos en propia carne el escozor lacerante que producen las determinaciones tomadas por el gobierno de: rebajar un 5% los sueldos de los funcionarios, abaratar el despido de los trabajadores, nacionalizar servicios públicos, suprimir ministerios sociales, exigir medidas de austeridad inmediata a las comunidades autónomas, a riesgo de tener que incumplir compromisos contraídos, subidas de las tarifas eléctricas, del ferrocarril, nuevas privatizaciones, congelación y aumento de la edad de jubilación y de los años de cotización de las pensiones y lo más lacerante: los cuatro millones de parados existentes y el 40% de los jóvenes sin perspectiva de futuro, al no tener asegurado un puesto de trabajo para ellos, que les hurta la principal razón de vida que es el servicio a la comunidad.

Las anteriores determinaciones han sido tomadas por un gobierno del PSOE, seguramente contra sus convicciones, que les han sido impuestas por los mercados financieros, en razón de las deudas contraídas por el decreto del gobierno Aznar que desencadenó el boom del ladrillo que trajo como consecuencia contraer la enorme deuda exterior por los Bancos como intermediarios, que permitieron hipotecas desquiciadas por la codicia de los especuladores, con la complicidad del Banco de España y otros organismos fiscalizadores, para construir en España en un solo año, tantas viviendas como en: Francia, Alemania e Inglaterra juntas en el mismo tiempo: teniendo ahora cuatro millones de viviendas vacías, que no se pueden vender, ni evidentemente exportar, dando como resultado la astronómica deuda actual, con los resultados expuestos en el punto anterior que se aplican a los más débiles, mientras que los tramposos especuladores que se han forrado están en el bando del PP y que, a pesar de recibir tan tremendo varapalo los pobres que son las víctimas del desaguisado, según las encuestas, seguirán votando al PP.

Un país, que llega a límites de irracionalidad tan incongruentes como los expuestos más arriba, denota fallas tremebundas de un sistema que confiere al dinero la virtualidad de dejar a la Constitución en papel mojado al constatar la evidencia de que las resoluciones impuestas recientemente por un gobierno del PSOE, han sido impuestas de forma incontrovertible por los mercados de la economía virtual, con el asentimiento del mundo occidental, acorde con dichas actuaciones. ¿ Para que sirven los votos que se dice ponen los gobiernos que nos han de gobernar, si las órdenes de obligado cumplimiento, las dicta el dinero, que además cuenta con el beneplácito de gran parte de las victimas de tales aberraciones?.

Si todo sigue como marcan las tendencias, nuestro país se encamina inexorablemente hacia el gobierno de la derecha, que está establecido en la mayoría de los países europeos, a pesar de la evidencia que mayorías de sus ciudadanos son beneficiarios del Estado del Bienestar que las derechas, (a lo menos en España) pugnan por desmontar, puesto que su sostenimiento depende de la fiscalidad progresiva grava más a los ricos, que son los defensores a ultranza que todo tienen un precio, que solo lo puede pagar quien tenga el dinero para adquirir las cosas, principio que incontrovertiblemente, se opone a la solidaridad humana, que trata de redistribuir los activos acumulados por las comunidades de los países asignando los beneficios emanados de su naturaleza y esfuerzo colectivo como son los que proporciona el Estado del Bienestar, como derechos inalienables de percepción por todos los miembros de una sociedad humanizada.

Hemos asistido en el devenir de la historia humana, que los habitantes de las épocas que nos han precedido, han estado supeditados a los poderes fácticos que por distintos medios, han sometido a mayorías aplastantes de sus ciudadanos a las servidumbres más humillantes, que se han venido aplicando por medios adecuados a cada coyuntura. La relación de los medios empleados sería interminable, por lo que nos remitimos a los hechos más recientes en la memoria de todos, por ejemplo: los últimos coletazos de la esclavitud, empleados en EE UU. el siglo pasado; las dos guerras mundiales del siglo XX; el fomento de las dictaduras en el cono Sur tras las colonizaciones; la implementación del poder militar, (también designado poder duro), en contraposición al poder blando, orientado a engrasar las relaciones entre los pueblos mediante la negociación: La última experiencia a la que estamos asistiendo, es la del poder omnímodo que han alcanzado las finanzas virtuales que en los últimos meses que han puesto de rodillas a los gobiernos de varios países con imposiciones derivadas de sus juegos malabares con amenazas que subvierten normas supremas proclamadas en las constituciones de los países por lo que debería ser culpadas de inconstitucionales, y siguen amenazando con condicionar la convivencia de muchos otros ciudadanos y países, esparciendo las semillas de confrontación y depresión entre los directamente afectados. Cuando la evidencia es que la economía globalizada favorece a los países que practican la austeridad, sobre los que se han apuntado al despilfarro en orden a competitividad, por lo que habrá que apretarse el cinturón en países como el nuestro, que no sería tan malo si fuera equitativo.

En fecha tan señalada como la de hoy que señala el tránsito de año, no corresponde emitir mensajes como los que figuran en este artículo, que si bien en general mis artículos terminan dando una moraleja constructiva, hoy con más razón procede lanzar la más optimista de las predicciones a la vista de las multitudinarias manifestaciones de alegría, abrazos, besos, sonrisas, luz, jolgorio, que muestran lo que cae bajo los focos en esta fecha, por lo que no es demagógico afirmar, que cualquier tiempo pasado fue peor, estando en la convicción de que el mundo discurre por buen sendero para satisfacer los anhelos de solidaridad universal.