03 enero 2011

Posturas discrepantes

Se dice que Goethe, reconocido como uno de los mayores genios de la intelectualidad mundial, pontificó hace más de dos siglos, que toda aportación importante que hicieran los humanos al acerbo común mundial, debería ser declarada patrimonio de la humanidad.

Las recientes publicaciones hechas por Wikileaks, en cinco de los principales periódicos del mundo, constituyen una primicia mundial sin precedentes, al poner a disposición de los lectores de todo el planeta, sin pago alguno de peaje, altos secretos de Estado del Imperio de nuestro tiempo, guardados por la CIA, tenida por la organización de espionaje más acreditada del mundo junto con el Mosad subsidiario de aquella, puesto que ambas organizaciones han demostrado tener una probada eficiencia en el desarrollo de sus respectivos cometidos.

Ciertamente, el fenómeno digital proporciona a genios de la modernidad, como es el caso de Julian Assange, recursos inauditos como parecen haber sido las investigaciones de Wikileaks que han despertado el pánico de su autor al haber sido detenido en Gran Bretaña acusado por un asunto de faldas resuelto mediante fianza, mientras que lo que teme según a declarado, el propio autor, es ser extraditado a EE.UU.

Los antecedentes anteriores, sirven de introducción al comentario que sigue sobre un artículo publicado en el diario EL PAIS, por un tertuliano que interviene en una emisora de la que soy asiduo seguidor, que figura como animador de los debates, defendiendo con rigor y templanza posiciones discrepantes con la mayoría de los demás tertulianos, que son las que yo comparto y que contribuyen a enriquecer los términos de los debates sobre los temas de actualidad de las tertulias cuotidianas que tanto apogeo han tomado en nuestro país, tras los cuarenta años de orfandad total que padeció nuestro país, con la dictadura.

En el artículo citado, el tertuliano de referencia a propósito de la ley Sinde, rechazada en primera instancia, pero con visos de ser aceptada en siguientes intentos, inserta al final del artículo el siguiente párrafo que entrecomillo en su literalidad: “El saqueo de la creación cultural lleva o a la extensión de la misma (los creadores tendrán que reciclarse a actividades menos susceptibles de ser enajenadas) o a la creación de un Cuerpo de Creadores Culturales a cargo del Presupuesto que reciben un sueldo a cambio de ponerse gratuitamente a disposición del público sus creaciones. No sé de cual de las dos posibilidades me parece más abominable.”
Para el autor, consecuente con su ideología, pone fuera de toda racionalidad lo que no se paga con dinero sonante y contante, calificando de servicios abominables los prestados por los maestros y enseñantes en general, que son que forman a los creadores. El informe Pisa que da la medida a los finlandeses, de figurar en el top del aprovechamiento formativo de sus alumnos, es a mi criterio un factor crucial en la formación de creadores y demás ciudadanos necesarios en al configuración integral de un país y están pagados por el Presupuesto, puesto que en dicho país no existen escuelas de pago y no puedo admitir que por ello merezcan el calificativo de abominables.

Aparte de los enseñantes, que yo situaría en el top de la escala social de la consideración por los ciudadanos de las sociedades futuras, situado en las antípodas de cuando en nuestro país gobernaban los partidarios del articulista en que se acuño el tópico de que: “eres mas pobre que un maestro escuela” puesto que cuando se den las condiciones idóneas para la prestación de la enseñanza idónea tendrán que reunir aparte del conocimiento de la materia a impartir por los maestros cabrá esperar que reúnan las condiciones idóneas para infundir a sus pupilos en el transcurso de las dos décadas que estarán bajo su influjo, las verdaderas virtudes cardinales del futuro: estímulos, entusiasmo, empatía, solidaridad social con los desfavorecidos en sustitución del tanto tienes tanto vales vigente.

Asegurar que recibir un sueldo del Presupuesto aunque sea para los creadores, es abominable, es tan aberrante como decir que todos los servicios recibidos del Estado del Bienestar que nos son administrados por: profesores, sanitarios, jueces, fuerzas de seguridad, y un sinfín de atenciones que pertenecen a la esencia más profunda del espíritu de la solidaridad humana en sustitución de las limosnas humillantes que se practicaban a las puertas de las iglesias hoy desiertas de los verdaderos artífices de la modernidad, que confían en el estado como garante de sus sostenedores que sustancialmente reside en sus trabajadores científicos. etc, forjadores, del bienestar de las sociedades vertebradas, mucho más que de los especuladores, cuya codicia nos ha llevado a la actual crisis. Viva la demagogia, como llaman a lo anterior los situados y también los sujetos al pesebre del patrón a la vista del horror que es el paro.
Los que proclaman que todo tiene un precio para quienes lo puedan pagar, privatizando a ultranza, haciendo abstracción de las conquistas sociales que nos han aportado: la ciencia, el esfuerzo y sacrificio de tantos emigrantes de nuestra generación y el trabajo denodado de los españoles que han forjado nuestra democracia aún subsidiaria de tantas adherencias al caciquismo crónico de siglos, de estar huérfanos de la Ilustración al socaire del dicho, que África empezaba en los pirineos, a riesgo de que se confirmen las encuestas que nos devolverán si ganan las derechas, al culo de Europa como siempre estuvimos, hasta que las fuerzas progresistas nos devolvieron la dignidad que nos puede ser enajenada por el marketing político practicado por la derecha que monopoliza los medios de difusión.