21 mayo 2007

Política y Justicia

Las encuestas, se afianzan como el método más fiable para evaluar las preferencias de las nuevas generaciones de ciudadanos, aleccionadas por la abundante información servida por los modernos media: Internet, radio, TV, etc,. Hoy, con las reservas propias de los ensayos bisoños, muestran que las instituciones peor valoradas por los sondeos son: política y justicia.

En un reciente artículo de prensa un conspicuo miembro de la judicatura hace un striptease de la carrera de derecho y de la judicial ejercitada en exclusiva por abogados. Respecto de la Carrera de Derecho, declara, que en sus Facultades se imparten enseñanzas abstractas y teóricas que pueden ser asimiladas indistintamente con asistencia a clases o sin conocer apenas la Cátedra, desde donde deberían partir los flujos humanitarios que impregnaran el espíritu de los futuros administradores de la justicia, mediante el conocimiento de los problemas cotidianos que afectan a la sociedad. Todo se fía al resultado del examen memorístico que dan los libros.

El paso subsiguiente a la adquisición de la licenciatura para los que optan a futuros jueces, etc, conlleva sacrificar años de tortura mental para memorizar los temas que luego deben “cantar” ( según el argot opositor ) puesto que unas bolas aleatorias son las que determinan la suerte, que no tiene porque coincidir con las preferencias y/o con lo que el opositor muestra tener mayores facultades y aptitudes. Si se tiene la suerte de acertar en un tema dominado por el opositor, el tiempo (una hora) asignado para desarrollar cinco temas, no le permite extenderse en el que está facultado: por vocación, afición, facultades, etc, con lo que se pierden la sustancia de la especialización, que será crucial para la administración de justicia.

La facultad de juzgar y hacer cumplir las sentencias, es determinante para el bienestar anímico de las personas y de los pueblos que habitan. Una sociedad que no cuente con una administración de justicia, justa y rápida, no irradia la paz de espíritu necesaria para mantener el debido equilibrio psicológico a sus destinatarios. Los fallos arbitrarios, cuando se dan, que son morbosamente publicitados por los media, tienen una gran incidencia en la apreciación que de la justicia tiene las sociedades.

Montesquieu, que hace dos siglos creería de buena fe, que la justicia consistía en aplicar las leyes elaboradas democráticamente, adolecía de gran ingenuidad. Desde tan remotas fechas, los hábitos, los medios y la experiencia acumulados, así como los sofisticados instrumentos alumbrados por la tecno-ciencia han evolucionado de forma drástica. Los paradigmas aceptados en este nuevo siglo, permiten que las actividades de la vida moderna se sirvan del rico arsenal de medios aportados por la tecno-ciencia para la totalidad de los cometidos. Una de las pocas excepciones que no participan de tales beneficios, es en las administraciones de justicia en las que siguen los estantes polvorientos donde se acumulan los legajos y en los consejos de altos tribunales se acumulan pilas de folios que nunca son consultados, en lugar de pantallas de ordenador fácilmente accesibles..

En líneas generales la jurisprudencia se ha mostrado reacia en hacer uso de las nuevas tecnologías como pruebas irrefutables, que al tiempo que simplifican los trámites burocráticos, son más objetivas que el testimonio que aportan los testigos presenciales infinitamente más aleatorios. Ejemplos cotidianos nos son mostrados por grabaciones fotográficas y acústicas, etc, son admitida con reticencias, o impugnadas por las administraciones de justicia, consecuencia de un anclaje ritual a costumbres y prácticas completamente desfasadas. Como ejemplo de aplicación de las nuevas tecnologías son los radares de carreteras que detectan al infractor y automáticamente la multa se deduce de su cuenta corriente sin más trámite, con lo que se asegura que se evitan muertes con dicho proceder.

Otra disfunción inexplicable para el profano, es tener noticia de que en los más conspicuos tribunales de justicias: Consejo General del Poder Judicial, Tribunal Supremo, Tribunal Constitucional, las resoluciones difícilmente se alcanzan por la unanimidad, debido a que sus miembros tienen adscripciones ideológicas distintas, consecuencia de lo cual muchas votaciones deben recurrir al desempate. Para un observador imparcial lo anterior sería aberrante; que un mismo código legal pueda ser interpretado de forma opuesta por los distintos componentes de la misma mesa. ¿No se puede llamar prevaricación a esta figura, por parte de unos y de otros.?

El coro de los políticos, que se llenan la boca en loas a la justicia, al tiempo que la descalifican en función de sus conveniencias coyunturales, denotan predisposición enfermiza a usar la mentira sin el menor sonrojo, ni que nadie les pida cuentas por ello, mostrando el grado de deterioro al que están llegando las democracias, que se sustentan en gran medida por las adscripciones sectarias de muchos votantes movidos por intereses de clase, religión, estatus,...sin reparar en las respectivas actuaciones.

Los últimos días hemos asistido a través de los media a la resolución de dos juicios con doce y nueve años de retraso desde la producción de los hechos. ¿Podríamos situarnos en el ánimo de los afectados, pendientes de una resolución que puede ser crucial para la vida de los afectados, durante todo este tiempo.? Pocas torturas psicológicas pueden ser más lacerantes. ¿No hay medios para librar a tantas víctimas inocentes de tamaña irresponsabilidad por parte de las autoridades.?

Se dice que las cárceles U.S.A. están atestadas de negros e hispanos en proporción de dichas etnias en aquel país, respecto de los WASP, que son aplastante mayoría. En las abundantes películas y series americanas en que se representan juicios, los grandes bufetes de abogados resuelven muchos juicios mediante transacciones monetarias entre las partes litigantes con lo que, frecuentemente evitan ir a la cárcel. Un descendiente de españoles condenado al corredor de la muerte de una cárcel USA, salió en libertad por medio de una colecta de un millón de dólares que hicieron sus padres, por medio de la cual, contrataron un buen abogado.
Esperemos que la justicia con ayuda de la tecno-ciencia pueda mejorar.