03 junio 2016

Dos sistemas económicos antagónicos

Existen en el mundo actual dos sistemas económicos diferenciados: el neoliberalismo occidental y el intervencionismo oriental. El primero disfrutado desde tiempo inmemorial por los poderosos, que recibieron sus prerrogativas por herencia, llamado libre comercio, y el segundo, en que los recursos estructurales que determinan la marcha económica de cada país, están radicados en sus gobiernos denominados proteccionistas, que están orientados a potenciar la economía nacional de dichos países.

Los resultados empírico-científicos alcanzados por ambas formas de gobierno, en el lapsus histórico del último siglo son bien evidentes: los EE.UU. de Norteamérica experimentaron en los años 20 del pasado siglo la mayor crisis económica de la que se tiene noticia, crisis superada, por el tratado de Bretton Woots, por el que, el keynesianismo de la economía por la que el Estado proporcionó la hegemonía mundial a dicho país, que sigue manteniendo, al tiempo que el neoliberalismo económico puesto en práctica en los tiempos recientes, le ha mermado influencias en los países de su entorno, por las enormes diferencias económicas causadas por la especulación bancaria a las masas trabajadoras de las sociedades actuales.

La globalización, constituye el fenómeno socio-laboral más representativo de los tiempos actuales, en que los países implicados en dicho intercambio: físico-estructural-conceptual,.. afectados por los comportamientos colectivos de los pueblos del planeta, son objeto de tratamientos bien diferenciados, entre los neoliberales partidarios del libre comercio que priorizan el dinero especulativo como rector supremo del gobierno de los pueblos, y los que tratan de aflorar las “commodities” existentes en los países carentes de los medios necesarios para ponerlas a flote y transformarlas en productos de consumo con precios competitivos, para satisfacer necesidades de los pueblos implicados en dichos intercambios.

La colonización tradicional fue el expolio de las riquezas de pueblos sometidos mediante mano-militari, sin permitir que la huella civilizadora dejara rastros que contribuyeran a la mejora de las condiciones de vida de los pueblos colonizados. Hoy tras la descolonización acometida tras la Segunda Guerra Mundial, dan pavor los efectos de las migraciones de los pueblos abandonados a su suerte hacia el primer mundo, consecuencia de las guerras promovidas por los poderosos, por intereses estratégico-económicos que se salen del control humanitario que evite: tragedias, muertes y destrucción por carencias elementales de supervivencia humana, que padecen muchos países del tercer mundo, consecuencia del desmadre demográfico que está fuera de cualquier control, a pesar de disponer de los medios requeridos para ser aplicado como han hecho los chinos.

Los cambios copernicanos aportados por la civilización en el primer mundo, desde la Ilustración hasta nuestros días, en los que se han priorizado los efectos producidos por la mente humana, sobre los que fueron confiados al músculo en el decurso de toda la historia de la humanidad que nos ha precedido, de la que se conservan aún rasgos ya periclitados como son las desorbitadas diferencias económicas entre los que más tienen y los indigentes que caracterizaron el pasado en el que la carencia de medios de subsistencia asignaba todos los recursos en pocas manos, mientras que los demás a duras penas podían sobrevivir que son mayorías, tienen ampliamente satisfechas las necesidades fisiológicas, así como el acceso a las aspiraciones a los estadios superiores de la condición humana mediante la educación y la participación en las funciones elegidas entre las infinitas actividades en que se desarrolla la vida moderna.

Los cambios que aporta la vida moderna son estructurales, es decir que condicionarán directamente los comportamientos individuales, así como la vida de relación en sociedad, donde todas las actitudes que estén dentro de los cauces homologados por la sociedad en la que se ejercitan, son lícitos y permiten la participación directa en las funciones en las que cada uno se sienta acogido mediante el asamblearismo, que está llamado a cumplir el rol más importante en las funciones de representatividad y mando en que se eligen mediante democracia directa: (referéndum) a los que en cada actividad productiva de los bienes y servicios de las sociedades modernas, sean ocupados por los elegidos por los compañeros de cada actividad laboral, que en contraste con el pasado serán infinitas

Otra faceta, decididamente contrastada con comportamientos del pasado, es la educación, que antes fue eminentemente memorística, mientras que hoy en día se lleva información de todo lo existente en el bolsillo del que tenga los conocimientos necesarios para dar con ellos. En efecto, los inconmensurables recursos informativos que suministran los “big data” permiten a sus beneficiarios contar con el ingente arsenal de conocimientos disponibles en el mundo actual, que constituyen el mayor activo humano jamás acopiado.

Otra función, que ha tenido y continúa teniendo en las sociedades neoliberales existentes, la importancia capital que se atribuye a la codicia humana, como factor crucial y rotundo que determina gran parte de los comportamientos ambiciosos que priorizan el acopio de dinero para conseguir casi todas las metas a las que aspiran los humanos, que como reza el dicho, de que todo tiene un precio, sigue teniendo el mayor de los incentivos para los más ambiciosos, para alcanzar las más altas cotas de poder y goce de todas las apetencias a que da acceso el dinero, la preponderancia otorgada hasta aquí, al llamado vil metal, para los espíritus más selectos de las sociedades humanas, no es el principal estímulo para alcanzar las mayores cotas de felicidad, que radican en el reconocimiento de los servicios prestados a la sociedad, servidos por los medios de información-difusión, que a través del éter cubren todos los resquicios del planeta en el que habitamos.